Columna escrita por Saúl Zúñiga Johnson, psicólogo de Psicoterapia Adultos.
Este 10 de Octubre se celebra el Día Mundial de la Salud Mental. El sentido de celebrar en esta fecha busca concentrar la atención mundial en la identificación, tratamiento y prevención en esta área. El tema escogido para este año 2018 es “Los jóvenes y la salud mental en un mundo en transformación”. Esto se refiere a destacar la importancia de la infancia y la adolescencia para pensar en la salud mental de la población como un todo. Hemos visto que en nuestro país también tenemos una deuda pendiente severa con los niños así como con los adolescentes en términos prácticos y culturales. Me refiero específicamente a incluirlos integralmente en el diseño e implementación de la política pública.
La salud de los niños y jóvenes de hoy es la salud de los adultos de mañana. Cada centavo de dinero y cada segundo de tiempo que se le dedique a la salud de los niños y jóvenes tiene un efecto a futuro que; aunque no es palpable aquí y ahora; es significativo en el corto, mediano, y largo plazo. Si queremos construir un país o un mundo mejor, nuestro diseño del mismo no puede ir disociado de los problemas y desafíos que ellos enfrentan día a día.
A continuación les ofrezco una breve reflexión sobre los puntos que la Organización Mundial de la Salud rescata para este año:
a) La mitad de las enfermedades mentales comienzan antes de los 14 años:
Quienes trabajamos en clínica de adultos lo vemos muy a menudo. La mayoría de las personas que consulta por salud mental como adulto, presentó antecedentes en la infancia y la adolescencia. Y es común también observar que cuando esos antecedentes fueron tomados en serio y cuidados esas personas suelen mejorar significativamente o desarrollar estrategias de autocuidado que les permitió mantener un desarrollo bastante más armonioso. En cambio en las personas que padecieron algún tipo de estresor psicosocial (como el bullying, el aislamiento social, dificultades familiares, el abuso físico o sexal, etc…) o una patología en la infancia (como la depresión, fobia escolar, dislexia, dependencia y abuso de sustancias, etc…) y no fueron abordadas debidamente por los adultos a su alrededor; solemos ver mucho más aislamiento, aumento o aparición de sintomatología, y hasta una plétora de conductas autodestructivas.
La infancia y la adolescencia (cada una de forma particular) presenta dificultades y tareas evolutivas sumamente trascendentes para la configuración de la personalidad que le exigen a cada joven una enorme cantidad de esfuerzo. Por lo tanto la manera de lidiar con ellos se hace aún más compleja cuando se está lidiando además con problemas de salud mental.
Por lo mismo, distinguir cuándo estamos frente a un conflicto típico del desarrollo (por ejemplo: el duelo que es natural luego una decepción amorosa) o el desarrollo de una patología que requiera atención clínica (por ejemplo: un cuadro depresivo que se instala con ideación suicida a propósito de las dificultades de lidiar con esa u otras pérdidas) es de importancia capital. En el primer caso puede ser importante que la persona desarrolle por su cuenta o con el apoyo suficiente las capacidades personales e interpersonales para salir adelante, en la segunda será central prestar ayuda oportuna y atingente ya que la persona exclusivamente por sí misma no puede hacerlo o le costará muchísimo en términos de su desarrollo.
Distinguir cuándo estamos frente a un conflicto típico del desarrollo o el desarrollo de una patología que requiera atención clínica
es de importancia capital.
Importancia de la detección temprana: Cuando un cuadro clínico o un estresor psicosocial se detecta e interviene tempranamente podemos ver un aumento significativo de la salud mental y la calidad de vida. En el caso contrario es usual ver un enlentecimiento y hasta una detención del desarrollo cognitivo (ej: inteligencia), emocional (ej: ánimo), relacional (ej: pareja y pares), y existencial (ej: decisiones de vida).
Importancia del abuso de sustancias: En la época de la juventud comienza por lo general la introducción a las sustancias que se utilizan en los grupos de pares de forma recreacional (ej: tabaco, alcohol, marihuana, pasta base, estimulantes). Es fundamental no bajar el perfil al deterioro que el abuso de sustancias genera en la salud física y mental de los individuos.
Síntomas depresivos, ansiosos, y de otra índole son frecuentes y normativos: Como mencioné más arriba la intensidad emocional es una característica del desarrollo normal, pero es importante estar sumamente atentos cuando esa intensidad ya comienza a dar cuenta de un cuadro más complejo. Y ante la duda siempre es posible preguntar una opinión profesional (por ejemplo nosotros utilizamos regularmente el correo [email protected] y podemos responder preguntas e inquietudes, aun cuando nuestra área de especialidad es con adultos).
Importancia de los grupos de pares: Pertenecer o no, y el tipo de relación que se genera con los grupos de pares en la infancia (y aún más) en la adolescencia es fundamental. Entornos sociales saludables favorecen la salud mental general, previenen la aparición o agravamiento de síntomas, y hasta pueden intervenir de manera sumamente eficiente cuando alguno de los miembros presenta dificultades en su salud mental. De la misma manera grupos que funcionan de manera abusiva, desequilibrada, y poco cuidadosa suelen ser factores de riesgo para la salud física y mental de sus miembros.
b) El reconocimiento de la importancia de la creación de resiliencia mental va en aumento:
Es sumamente importante que ayudemos a crear una cultura del cuidado de otros, del auto cuidado, para generar una mejor resiliencia mental. Si aprendemos a comunicarnos con los jóvenes y niños, de tú a tú, si les enseñamos a comunicar de manera eficiente y oportuna lo que les sucede, y si estamos ahí disponibles para escucharlos; es mucho más sencillo mantener una salud mental equilibrada e intervenir oportunamente cuando ese no sea el caso. Esto es posible desde las edades más tempranas y facilita el poder hacer frente a los retos que plantea el mundo actual y futuro.
Afortunadamente los jóvenes actuales son mucho más conocedores de temas de salud mental que los adultos, tienen mayor acceso a información pertinente, y son más sensibles a la educación sobre el tema. Como dije brevemente en la introducción, jóvenes más sanos finalmente se traduce en jóvenes y adultos activos que pueden aportar de manera más constructiva y creativa a sus comunidades y al mundo.
c) La prevención empieza por un mejor conocimiento:
La prevención comienza por conocer y entender los signos y síntomas precoces que apuntan a una dificultad en el área del desarrollo de una salud mental. Los padres, profesores, orientadores, familiares, y profesionales de la salud, y otros adultos podemos contribuir a crear en los niños y adolescentes aptitudes que les ayuden a hacer frente a los retos que se encontrarán cada día. Cada uno de nosotros está llamado a ser un agente positivo en la vida de estos otros más jóvenes que nosotros. Las escuelas y colegios, así como otros entornos comunitarios son el lugar ideal para prestar apoyo psicosocial. Por lo tanto es imprescindible que quienes trabajen con jóvenes se mantengan capacitados e informados sobre temas de salud mental de la población con la cual trabajan.
Por lo mismo también se hace un llamado a la política pública y privada a prestarle atención y recursos a este rango etario; ya sea a través de programas especializados o de facilidad de acceso a servicios de salud mental, capacitación de sus agentes en el tema, o hasta prestando ayuda directa cuando sea necesario. La idea de este día es promocionar a los adolescentes y a los adultos jóvenes recursos, estrategias, y conocimientos acerca de cómo cuidar su salud mental y que ayuden a sus compañeros, padres y adultos significativos a saber cómo prestar apoyo a sus amigos, hijos y jóvenes.
Si tú o alquien que conoces necesita atención en salud mental, no dudes en escribirnos a [email protected].
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